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La terapia hormonal mejora la salud mental en jóvenes transgénero y no binarios
El estudio se realizó entre 300 jóvenes transgénero y no binarios de entre 12 y 20 años de edad. Los síntomas de depresión y ansiedad disminuyen con los suplementos hormonales. Es uno de los mayores estudios que se han hecho sobre el uso de terapias hormonales en menores y jóvenes. La terapia hormonal mejora la salud mental de los jóvenes transgénero y no binarios. Así lo asegura un estudio publicado este miércoles en el NEJM (New England Journal of Medicine).
El estudio se realizó durante dos años en un grupo de 300 jóvenes transgénero y no binarios de edades comprendidas entre los 12 y los 20 años, y concluyó que la terapia hormonal que recibían los jóvenes produjo mejoras en sus síntomas de depresión y ansiedad.
Si bien el estudio alerta de que la mayoría de los participantes pertenecían a la misma raza y que la mayoría presentaba un desarrollo puberal avanzado. Ya que aunque había algunos jóvenes de 12 años y de 20 años, la mayoría se situaban en edades más intermedias, tal y como adelanta en su comunicado SMC (Science Media Center España).
Hormonas que ayudan a evitar la depresión
Pese a estos detalles "el estudio muestra de manera sólida el beneficio psicosocial del uso de hormonas de afirmación de género en población trans y no binaria joven", según afirma el doctor Adrián Carrasco Munera, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del Grupo de Salud LGTBIQ+ de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria.
Las conclusiones del informe aseguran que estas terapias hormonales son beneficiosas para aquellas personas que no se encuentran identificadas con su género , pero a las que "su pubertad hacia una apariencia determinada les puede causar un malestar y vulnerabilidad social", subrayan en las conclusiones.
Este estudio "aporta mayor robustez",según el doctor Carrasco ya que , al contrario de otros, presenta un mayor volumen de pacientes y un seguimiento más largo en el tiempo, ya que se evaluó a los jóvenes durante 24 meses.
Al haber más pacientes y realizarse en mayor espacio de tiempo, se evalúan mejor los efectos que las hormonas tienen en los cambios de apariencia y cómo estos afectan positivamente en la salud mental de la juventud trans y no binaria.
El estudio no aborda la cuestión transgénero como una enfermedad
Otro punto clave del artículo es que, al contrario que publicaciones previas recientes, no aborda la disforia como una enfermedad a tratar o como una codificación diagnóstica, sino que evita asumir que es una realidad patente en toda la gente trans y la aborda desde la perspectiva del malestar y la vulnerabilidad que produce la apariencia corporal en algunas personas.
Por todo ello, según Carrasco "el estudio ayuda a arrojar luz sobre el importante beneficio que supone el poder ofrecer a la infancia y juventud trans y no binaria un acompañamiento hormonal a su transición". Sobre todo, asegura en "un momento en los que algunas voces persiguen a la infancia trans y sus vivencias.
