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39% de mujeres trans ha enfrentado obstáculos para obtener atención médica


2023-09-06
https://www.animalpolitico.com/genero-y-diversidad/mujeres-trans-atencion-medica-discriminacion
Animal Político

Los tratos hacia mujeres trans en la atención médica siguen siendo deshumanizantes: con frecuencia no corresponden a su identidad de género, no tienen acceso a educación sexual, tratamientos o prevención de enfermedades. Entre los motivos más frecuentes por los que viven discriminación en todos los ámbitos está, precisamente, ser personas trans (49%), su apariencia física (26%) y su trabajo (13%).

Así lo revela la Encuesta sobre Salud Sexual de mujeres trans en México del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). En su acceso a la salud, las principales dificultades que enfrentan las mujeres trans son maltrato o humillación (20%), sensación de incomodidad (69%), minimización de sus padecimientos (21%), falta de servicio o tratamiento adecuado (36%) y tener que ocultar su identidad de género (15%).

El documento destaca que las personas transgénero experimentan niveles significativos de estigma, discriminación y violencia, lo que dificulta la disponibilidad, el acceso y el uso de servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento de VIH, así como otros de salud sexual. Esto es particularmente relevante porque el 80% de ellas ha usado tratamientos hormonales alguna vez. 

Sin embargo, entre quienes aún los usan, 65% lo hace sin supervisión médica. Al respecto, Victoria Sámano, activista y fundadora de la organización Lleca, señala que una de las principales dificultades que enfrentan las personas trans es el acceso a terapias de reemplazo hormonal, pues si bien en la Ciudad de México existe la Clínica Condesa y la unidad de salud integral para personas trans, en el resto del país no hay esquemas públicos similares.  

“En el caso de las mujeres trans, por las condiciones que se viven, es completamente complicado que puedan acceder a clínicas privadas para poder realizar esta transición un poco más médica, y normalmente se utiliza la automedicación o que haya la infiltración de alguna sustancia, o que se recurra a malas prácticas quirúrgicas que ponen en riesgo su vida o que al final pueden terminar con ella”, explica.

En general, que las mujeres trans tengan acceso a la salud, añade, es complicado, pues de entrada saben que en el hospital quizá les negarán el acceso porque no tienen seguro médico o los recursos suficientes.

Por otro lado, los tratos siguen siendo deshumanizantes: con frecuencia no corresponden a su identidad de género, sino que suelen nombrarlas en masculino o no respetar su nombre. “Pareciera que no cuentan con los protocolos para atender a estas poblaciones”, dice Sámano.

Riesgos y falta de atención en el uso de “modelantes” en personas trans

Otro tema particular, señala la activista, es el uso de biopolímeros u otras sustancias que se utilizan como modelantes. Para las personas afectadas por estas, no existe un espacio ni procedimientos especializados para ese tipo de intervenciones.

En Ciudad de México, según tiene conocimiento Lleca, pueden encontrarse en algunos servicios de tercer nivel, pero para llegar a ellos se requiere del acompañamiento de alguna organización de la sociedad civil.

El pasado 31 de agosto, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) alertó sobre los riesgos a la salud por la aplicación de sustancias modelantes no absorbibles o no biodegradables durante cirugías plásticas, estéticas o reconstructivas. El incremento en su uso para procedimientos mínimamente invasivos ha derivado en el desarrollo de enfermedades conocidas como “por modelantes”. 

Estas implican infecciones, formación de granulomas a cuerpo extraño y lesiones graves a largo plazo. Cofepris también tiene conocimiento de casos de infecciones bacterianas y microbacterianas, por virus herpes, formación de quistes, necrosis local, abscesos y aparición de moretones. 

Entre las sustancias usadas como modelantes que pueden tener estas consecuencias se encuentra la vaselina líquida o sólida, la parafina, la poliacrilamida y derivados, las peptonas, los aceites de origen vegetal comestible, los aceites para motores de origen mineral o vegetal, el guayacol y la cera de abejas, de acuerdo con la dependencia.    

En el caso de los tratamientos de reemplazo hormonal, incluso la Clínica Condesa y la unidad de salud integral para personas trans –donde recibirlos de por sí puede tardar cerca de medio año— están limitadas a determinada población: quienes ya cuentan con IMSS o ISSSTE no pueden acceder, mientras que en esas instituciones no existen los protocolos necesarios. Otro agravante son las circunstancias en las que suelen vivir algunas mujeres trans, como la calle u otras formas de precariedad.

Atención y prevención del VIH para mujeres trans

En México, la prevalencia del VIH entre personas trans se estima en un 18.3%, muy superior a la que se calcula en la población general (0.3%). Sin embargo, alerta la encuesta del INSP, existen pocos estudios sobre las condiciones de salud sexual de estas poblaciones, lo que dificulta el diseño de políticas y servicios que atiendan sus necesidades.

La encuesta contempló las respuestas de 320 mujeres trans, con una edad promedio de 36 años –entre 18 y 66—residentes en 13 estados del país, principalmente Ciudad de México (58%), Estado de México (22%) y Puebla (13%). El 68% compartía su vivienda, el 26% vivía sola y un 3% no tenía vivienda en el momento de la encuesta.

De entre ellas, el 26% percibía un riesgo alto de adquirir VIH, mientras que para el 37% era medio y para el 33%, bajo. Sámano comenta que las poblaciones trans han buscado históricamente incidir en temas de VIH porque la prevalencia del virus es alta entre ellas debido a sus condiciones de vida y empleo.  

Muchas veces, apunta la activista, no tienen acceso a salud sexual o a métodos de prevención debido al rechazo de la sociedad y las familias. Aunado a ello, muchas son trabajadoras sexuales o consumidoras de sustancias.

Además, dice, hace falta un programa específico que permita incentivarles para que cuiden su salud sexual, por ejemplo en el caso del PrEP, que ha sido sumamente complicado de implementar para estas poblaciones. 

PrEP y PEP, para prevenir VIH, lejos de poblaciones trans 

La Encuesta sobre Salud Sexual de mujeres trans reveló que la profilaxis preexposición (PrEP), que consiste en la toma de antirretrovirales para prevenir la adquisición del VIH, era conocida por menos de la mitad (39%) de las participantes. 

Además, el documento identificó como creencias erróneas que prevalecen entre estas poblaciones que los efectos secundarios no son leves o temporales, que puede interferir con el tratamiento hormonal, que sigue siendo un tratamiento experimental, que previene otras ITS o que no funciona para prevenir VIH en mujeres trans.

Una vez que obtuvieron la información adecuada, el 77% de las mujeres trans dijo estar dispuesta a usar PrEP. Sin embargo, de quienes ya conocían su existencia, solo 4% tenía la experiencia de haberlo tomado antes (2%) o estarlo tomando (2%). En tanto, los lugares a los que acudieron para recibirlo fueron principalmente clínica especializada, centro de salud, asociaciones y, en menor porcentaje, Capasits.

Animal Político publicó que, por ejemplo, en la Ciudad de México, son apenas poco más de 200 las mujeres trans que reciben tratamiento PrEP, que concentra Clínica Condesa mediante su trabajo con organizaciones. Para lograr un mayor alcance entre ellas, que pocas veces acuden a solicitarlo, este año Casa de las Muñecas Tiresias se sumó al trabajo ese trabajo de vinculación. 

Sámano advierte que en algunos casos ni siquiera es posible acceder a este tipo de tratamiento, como cuando las personas trans viven en calle, población objetivo de Lleca. De hecho, la asociación ha llegado a documentar abusos de autoridad durante los cuales les quitan todas sus pertenencias, entre ellas sus tratamientos PrEP o PEP (profilaxis posexposición), que se toma después de un encuentro de riesgo.

Respecto al PEP, la encuesta del INSP documenta que únicamente 35% de las mujeres trans dijo conocerlo y solo 4% lo usó. Esto a pesar de que el 72% respondieron que ejercían trabajo sexual, mientras que 3% tuvo relaciones sexuales con parejas que viven con VIH. El 92%, además, dijo tener como pareja sexual a hombres cisgénero.

Poco más de la mitad, de acuerdo con la encuesta, practicó sexo penetrativo sin condón y el 23% reportó haber presentado algún síntoma de infecciones de transmisión sexual. Cuando recibieron diagnósticos positivos, las más comunes fueron sífilis (8%), gonorrea (2%) y VIH (2%).

En tanto, el 65% consumió alguna droga no inyectable durante encuentros sexuales y el 6% inyectables como heroína, éxtasis y cocaína. 

En este contexto, Sámano remarcó la importancia de impulsar una Ley Integral Trans, que incidiría en las cuatro áreas más importantes en las que son mayormente violentadas y discriminadas las personas trans: vivienda, salud, educación y trabajo. Solo de esta forma podrían contrarrestarse las condiciones precarias de estas poblaciones y aumentar su esperanza de vida. 

Específicamente en temas de salud, la ley buscaría incidir de una forma más directa donde no solo existan espacios destinados exclusivamente a las personas trans, sino que ellas puedan atenderse en cualquier servicio de salud, pues todos deberían ser espacios seguros y accesibles para tratamientos hormonales, cirugías y atención a VIH, pero también para atención digna a cualquier otra enfermedad.